¿Un billón de dólares es suficiente?
¿Un billón de dólares es suficiente?
Martes , 23-02-10
Con una millonada de dólares que supera con creces varios planes Marshall, e igualando los miles de millones que utilizó el presidente Barack Obama para auxiliar a los bancos americanos, afectados por la crisis económica más importante del siglo XXI, el presidente Hugo Chávez ha tenido en sus manos un billón de dólares, que tristemente ha malbaratado para comprarse una revolución chucuta.
Así como si él fuera el protagonista del cuento «El traje nuevo del emperador», de Hans Cristian Andersen, Hugo Chávez y su gente (incluyendo a sus tarifados del exterior) son los únicos que ven la invisible obra de la revolución.
Se esfuerzan, abren bien las pupilas y, en el fondo, muy en el fondo, logran ver cifras estadísticas irreales, esas que, según ellos, muestran el bienestar social y económico de Venezuela. Seguramente llevan puestas unas gafas «robolucionarias», cuyas lentes especiales son los millones de dólares que se reparten en el festín de corrupción más grande de la historia del país. El presidente Chávez pretende engañar diciendo que él creó una revolución, cuando simplemente ganó unas elecciones, no tanto por su esfuerzo, sino por las torpezas de la oposición, errores que Chávez repite y acrecienta, no sólo es más de lo mismo, sino peor de lo mismo.
En Venezuela no ha habido ruptura revolucionaria como en Cuba, donde no conocen la democracia. Allí el cambio fue violento, todas las instituciones se refundaron, no hay oposición, ni elecciones, ni libertad de prensa, ni propiedad privada.
En Cuba, Fidel Castro, después de cincuenta años en el poder, emulando a una monarquía, le pasó el trono a su hermano Raúl. Venezuela seguramente padecerá por muchos años una seria crisis de polarización extrema y largos periodos de agitación social, inclusive podrá vivir varios «caracasos», pero nunca será una revolución verdadera.
Ahora bien, a la revolución bolivariana no hay que subestimarla, la roja rojita es violencia verbal y también violencia real. Un simple ejemplo bastaría, sino pregúntenle a los dueños de
Cuarenta años de alternancias pacíficas construyeron una cultura democrática en los venezolanos que hasta ahora sirvió para que el país no se incendie por los cuatro costados. Las revoluciones marxistas-leninistas surgieron en su mayoría como respuesta a las dictaduras de derecha, más que de la pobreza. En Venezuela no había dictadura y la pobreza no fue determinante para que Chávez llegara al poder, aunque ahora lo sea en su defensa.
Las revoluciones son austeras y la austeridad no es precisamente una característica chavista. El teniente coronel ha sobrevivido fortaleciendo el rol económico del Estado, malbaratando la renta petrolera y formando nuevas élites económicas, (la boliburguesía), vía populismo. Esto ni es nuevo, ni es revolución, ni es socialismo, es neodictadura chavista.
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