EEUU e Inglaterra se preparan para degollar a los pueblos de la América del Sur

Semana.com.ve
Febrero 23, 2010, 6:39 pm

Un plan con características de ofensiva continental contra América Latina está montado desde Estados Unidos, con la cooperación de potencias aliadas dentro de las estrategias de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y el colaboracionismo de gobiernos títeres, que en el fondo apuestan al fracaso de la integración de la comunidad latinoamericana y sólo favorecen sus propios intereses. No es un juego de niños, ni una casualidad las 7 bases con presencia militar de Estados Unidos en Colombía, el golpe de estado en Honduras y los miles de soldados Ingleses que ya están dentro de las Malvinas y el desafio reciente del gobierno de Inglaterra contra Argentina...

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El proyecto guerrerista colombiano contra Venezuela es apenas un capítulo de la estrategia de ataque y exterminio de la unidad continental, una unidad hemisférica de pueblos latinoamericanos, plan dentro del cual el vecino país se coloca como el peón, casi como si fuera un estado asociado de los Estados Unidos, que es capaz de serle útil a la potencia del Norte para todos sus propósitos de invasión y genocidio. Sino que ahora, luego de la fractura democrática en Honduras, el alido incondicional de EE. UU. que no es otro que Inglaterra se une y se acomoda de inmediato a un paso de Argentina. Pero Brasil no se escapa de este escenario ya esta siendo vigilado.

Primero se da el caso de las bases militares de los Estados Unidos en suelo colombiano, con sus cañones apuntando hacia Venezuela, ello con la sumisión del gobierno de Alvaro Uribe.

Luego, y no fue por azar, sino dentro de ese mismo plan macabro del gobierno estadounidense y sus gobiernos satélites, se produce el golpe militar en Honduras, con el cual derrocan al presidente Manuel Zelaya, colocan a un mandatario títere (Roberto Micheletti) mientras se preparaban elecciones dentro de un dantesco cuadro de violación a los derechos humanos, montan nuevo gobierno con la bendición del Departamento de Estado de los EE.UU., no como un rutinario traspaso del poder sino para tener disponible a un agente ejecutor, a un subalterno obediente que cumplan instrucciones al pie de la letra, dentro de esa estrategia antilatinoamericana.

Ahora vemos cómo el Reino Unido de la Gran Bretaña amenaza de nuevo a Argentina para arrebatarle las Islas Malvinas, intento que ya efectuaron en 1983 con un alto saldo de muertos de ambos lados, del agresor y del agredido.

Esta insistencia británica de ponerle las manos a las Malvinas, en aguas continentales de América Latina, es idéntica a las pretensiones colombianas de apoderarse del Golfo de Venezuela, como aves de rapiña, no porque el mismo sea una salida al Atlántico, sino por las reservas petrolíferas existentes en su lecho.

De tal manera que las agresión permanente del gobierno colombiano contra Venezuela, las bases militares de EEUU en Colombia, el golpe de Estado en Honduras, las amenazas de la Gran Bretaña a Argentina, lo hechos políticos desestabilizadores en Bolivia, a lo cual se agrega la cooperación del Reino de Holanda a los Estados Unidos para que pueda operar militarmente desde Curazao, no son hechos aislados.

Se trata de un proyecto viejo, que ha sido renovado para darle el zarpazo a los no alineados con los Estados Unidos y, someter más a los que ya son sus payasos, sus espantapájaros.

De manera vergonzosa hay líderes en la región que se han convertido en una caricatura, en los propios monigotes manipulados desde Washington, capaces de hacer cualquier cosa por sus propios intereses y por los de EEUU, atendiendo dócilmente lo que le dicta el amo desde el norte.

Semana. com. ve