La explosión de una bomba en una mezquita paquistaní causa 30 muertos

Baño de sangre en un ajuste de cuentas entre dos milicias islamistas

19 Febrero 10 - Ethel Bonet

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El objetivo del ataque era un comandante del grupo insurgente Lashkar-e-Islam, rival de otra facción radical.

Islamabad- Un nuevo baño de sangre en la conflictiva región fronteriza del norte de Pakistán dejó ayer al menos medio centenar de muertos y más de un centenar de heridos. En un atentado con bomba perpetrado en una mezquita en el distrito tribal de Khyber murieron al menos treinta fieles que se encontraban en el templo en el momento de la explosión. El objetivo era un comandante del grupo insurgente Lashkar-e-Islam, por lo que el ataque apunta a rivalidades entre facciones extremistas. Más de 150 personas se habían congregado a la hora de la oración en esta mezquita ubicada en el remoto Valle de Tirah, centro de operaciones de grupos rebeldes islamistas que tiene lazos con Al Qaida. La fuerte explosión convirtió en ruinas el recinto religioso y afectó además a otros edificios colindantes entre los que se encontraba el cuartel general de la facción rebelde Lashkar-e-Islam.

Según fuentes hospitalarias, el número de víctimas mortales podría aumentar, debido a que todavía quedan cuerpos sepultados bajo los escombros. Los hospitales cercanos se colapsaron rápidamente por la cantidad de heridos que fueron llegando, por lo que muchos de ellos tuvieron que trasladados a las localidades vecinas para poder ser atendidos en otros hospitales.

El área tribal de Khyber se ha convertido en feudo de milicias extremistas que actúan a sus anchas ante la falta de control del Gobierno de Islamabad. Por esta demarcación tribal transitan diariamente decenas de camiones con suministros para la OTAN que atraviesan el legendario paso de Khyber en dirección a Afganistán. A pesar de ser un importante punto estratégico, el área tribal está fuera del alcance de la Administración central. Desde hace cinco años la región esta gobernada por señores de la guerra locales, mafias y grupos armados insurgentes que la han convertido en una de las zonas más peligrosas de todo Pakistán.

En declaraciones a LA RAZÓN, el inspector general de la Policía de Peshawar, Malik Naveed Khan, señaló que el violento incidente podría deberse a un ajuste de cuentas entre la milicia Lashkar-e-Islam y su rival Ansarul Islam. El 8 de enero, un suicida se hizo explotar y mató a cinco milicianos de Ansarul Islam e hirió a otros doce, en el Valle de Tirah.
Otra bomba colocada en un mercado de Darmela, en el distrito de Orakzai –la única demarcación tribal que no colinda con Afganistán–, acabó con la vida de al menos otras diez personas. En este distrito tribal existe también tensiones étnicas.

Además, en la conflictiva región fronteriza de Waziristán del Norte, al menos 10 insurgentes murieron en un ataque con misiles de EE UU; se trata del cuarto bombardeo por aviones no tripulados de la CIA en la localidad de Miranshah en lo que va de mes.