En el Día Internacional de la Mujer, cinco activistas se desnudaron en el interior de la Cámara de Diputados, en protesta por los homicidios, la violencia de género y la intolerancia, y para exigir mejores leyes y mayor participación en la vida económica, política y social del país. Las singulares manifestantes, completamente desnudas, se encapucharon al estilo ku klux kan, y exigieron también la revocación de mandato del presidente Felipe Calderón, para lo cual convocaron a una consulta nacional los días 22, 23, y 24 de mayo. Se reconocieron como las mujeres "asesinadas" de Juárez; como "presas de conciencia"; despojadas de sus trabajos el 11 de octubre pasado, al decretarse la extinción de Luz y Fuerza del Centro; violadas por el Ejército en la llamada guerra contra el narcotráfico, y se dijeron, también, periodistas, madres, esposas e hijas de centenares de desaparecidos. "Se nos ha prohibido decidir sobre nuestro cuerpo; somos las viudas de los mineros de Pasta de Conchos; somos las mujeres que morimos en la frontera; somos las afectadas ambientales", gritaron. Las mujeres traían escrito en sus senos con tinta roja, como si se tratara de sangre, la consigna: "¡Fuera Calderón!". Cerca del mediodía, las cinco mujeres se apostaron a las puertas del edificio "E" del Palacio Legislativo de San Lázaro, comenzaron a lanzar sus consignas y, a la par, a despojarse de sus ropas, ante la mirada curiosa y atónita de trabajadores y visitantes que deambulaban por ahí al momento de la desnuda protesta. La líder del grupo, Paola Alcázar, dijo que pertenecen al Comité Nacional Civil para la Revocación de Mandato, organización que integran más de 400 agrupaciones campesinas, urbanas y comités ciudadanos. Había desde luego un orquestador de tan sui generis protesta: el diputado del Partido del Trabajo Gerardo Fernández Noroña, quien se encargó de introducir al recinto legislativo grupo de mujeres. Sin embargo, Fernández Noroña se deslindó del nivel que tomó la protesta: "Ellas lo decidieron; ellas resolvieron quitarse la ropa. Es una protesta civil y apartidista. Es una protesta de ellas, firme, clara. Sabía la protesta que iban a hacer y decidí ayudarlas a ingresar, porque me parecía una acto de cobardía no hacerlo", admitió. Aseguró el petista que al apoyar esta protesta no abusa del fuero, "como sí lo hizo el padre Marcial Maciel, quien uso su fuero eclesiástico para violar a sus hijos y a otros niños, y quedó impune hasta su muerte", condenó. Grupos de mujeres del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo realizaron una marcha en el Centro Histórico para exigir la salida del Ejército mexicano de Michoacán, la solución a desapariciones forzadas en varias comunidades del estado y la justicia para las mujeres asesinadas en Juárez. |
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