http://www.larazon.es/noticia/3298-policias-cubanos-apalean-y-encierran-a-mas-de-40-damas-de-blanco

El grupo de mujeres disidentes afirma que mantendrá su lucha callejera pacífica

Los Castro revientan a golpes la protesta de las Damas de Blanco

17 Marzo 10 - Ana Núñez G.

Compártelo:

·

Una turba de policías y seguidores castristas agredió a 46 esposas y madres de los presos de la Primavera Negra.

MADRID- «Sube a la guagua, negra de mierda; sube, gusana». La agresiva frase del policía cubano no disuadió a Reyna Luisa Tamayo. Con la menguada fuerza de sus 60 años, la madre del fallecido Orlando Zapata se aferró a la puerta del automóvil para evitar ser introducida en él violentamente junto a sus compañeras de lucha, las Damas de Blanco, quienes apenas unos segundos antes marchaban pacíficamente por las calles de La Habana unidas por un solo grito, el grito de «libertad».

Pero la resistencia de Reyna Luisa no fue suficiente y un fuerte empujón del fornido hombre bastó para que cayera dentro del coche. Lo mismo hicieron otros policías, muchos vestidos de civil, con 45 mujeres más, cuyo único «delito» fue pedir la liberación de los presos políticos: las golpearon, insultaron, arrastraron, e incluso a algunas de ellas las cargaron de pies y manos para obligarlas a entrar en el automóvil que, escoltado por un patrullero, las llevaría contra su voluntad hasta la casa de una de ellas.

Con la respiración entrecortada y la indignación disfrazada de llanto, la propia Reyna Luisa narró los hechos a LA RAZÓN. Era casi el medio día en La Habana cuando sucedió todo esto. Después de escuchar misa en la iglesia de Santa Bárbara, las Damas de Blanco –esposas y madres de los presos políticos de la llamada Primaver Negra– marchaban hacia la casa de Orlando Fundora, uno de los disidentes que mantiene la huelga de hambre en favor de la liberación de los reos de conciencia enfermos, cuando fueron cercadas por un amplio contingente policial.

«Eran policías, vestidos de verde, hombres y mujeres. También otros con ropa de civil. Nos rodearon, como si nos fueran a dar protección, pero luego comenzaron a golpearnos, a insultarnos. Esta vez el mundo tiene que sancionar a Cuba. Yo sólo pido eso. Los Castro ya no tienen perdón de Dios. A las Damas de Blanco nos han dado patadas y piñazos», cuenta la madre del disidente político que murió el pasado 24 de febrero, tras una huelga de hambre de 86 días.

Al momento de la comunicación telefónica, doña Reyna Luisa se hallaba junto a las otras mujeres en la casa de Laura Follán, una de las 20 Damas de Blanco originales, pues las otras 26 mujeres agredidas son «damas de apoyo». Sus prendas, del color que les da el nombre, están manchadas de fango, de grasa de automóvil, de sangre. «¿Creen que golpeándonos nos van a asustar? Nosotros no le tenemos miedo a los Castro, nosotros somos luchadoras pacíficas y vamos a mantener nuestra lucha. Pero si así nos han tratado a nosotras, imagínese cómo tratan a los presos políticos. El Gobierno asesinó a Orlando Zapata y ahora quiere terminar conmigo. Pero no va a poder, hay Reyna Luisa para rato», dice la madre de Zapata. Luego guarda silencio y lucha contra esas lágrimas cargadas de impotencia.

Observadores de la ONU

Mientras todo esto ocurría ayer en Cuba, Amnistía Internacional (AI) ha pedido al presidente Raúl Castro que permita la observación independiente de la situación de los derechos humanos en su país por expertos de la ONU. En un documento, emitido en Londres, pide también la libertad de los 53 presos políticos que aún siguen en las cárceles.

Cuba recurre al «fondo de armario» de sus «intelectuales»

Los Castro volvieron a poner en marcha, ayer, el «ventilador» de la propaganda. En un comunicado divulgado por el propio Gobierno, y firmado por dos asociaciones de intelectuales afines, se rechaza la campaña «Yo acuso», que ha recogido miles de firmas de condena por la muerte del disidente Orlando Zapata. El documento, suscrito por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la Asociación Hermanos Saiz, tilda a Zapata de «delincuente común» y se inventa que el disidente «se declaró en huelga de hambre para que le fueran instalados teléfono, cocina y televisión en su celda». El comunicado reitera la cantinela oficial de que Zapata falleció «a pesar de cuanto se hizo para prolongarle la vida» y añade que «ha sido convertido en un símbolo de la maquinaria anticubana». Los pretendidos «intelectuales» cubanos arremeten contra los firmantes del manifiesto «Yo acuso al Gobierno cubano», a los que acusan de que «mienten sin pudor alguno». La condena por la muerte de Zapata ha sido respaldada por escritores como Antonio Muñoz Molina y Mario Vargas Llosa, cineastas como Pedro Almodóvar y artistas como Ana Belén y Víctor Manuel, y más de 7.000 firmas recogidas hasta ahora en el sitio www.orlandozapatatamayo.blogspot.com. Mientras, un grupo de disidentes cubanos en México entregó ayer una carta a Miguel Angel Moratinos, en la que le pidieron que «deje de proteger» a los Castro.