Hispanos católicos practican la antigua tradición de los Penitentes

Por Agencia EFE – hace 5 minutos

Denver, 16 mar (EFE).- Un grupo de católicos, conocidos como la Hermandad de los Penitentes, recrea en Colorado con motivo de Semana Santa las tradicionales y ceremonias de sus antepasados, tanto para reafirmar su fe como para proveer comida, trabajos voluntarios y ayuda monetaria y espiritual a su comunidad.

El aislamiento geográfico y cultural del sur de Colorado ha contribuido a que no solamente se continúe usando el español (en una versión muy similar a la del siglo XVII), sino también a que las familias practiquen rituales traídos a la zona por los primeros exploradores españoles, explicó a Efe Rubén Archuleta, artista e historiador residente en Pueblo (Colorado).

"La Hermandad trabaja muy de cerca de la iglesia y con los sacerdotes, para ayudar a la comunidad en tiempos de necesidad. Contrariamente a lo que se cree los hermanos pasan muy poco tiempo en rituales físicos", explicó Archuleta, autor de varios libros sobre el tema.

Según el historiador, fuera del área del Valle de San Luis en el sur de Colorado, existe un "gran malentendido", ya que habitualmente se supone que los Penitentes son una secta religiosa separada de la iglesia Católica y dedicada a la autoflagelación, incluyendo a veces la crucifixión.

"No es ni fue así. Los hermanos eran y son católicos laicos que humildemente practican las enseñanzas de su iglesia. La Semana Santa es importante porque es cuando se realizan los rituales de aceptación de novicios en la hermandad", puntualizó Archuleta.

Los castigos físicos, como la flagelación con látigos hechos de yuca o cargar un pesado "madero" (cruz) "solamente se usaban en casos extremos", aclaró.

Sin embargo, debido a que las ceremonias de los Penitentes no están abiertas al público, "quienes no son de la zona describieron con sensacionalismo los rituales, ignorando las contribuciones diarias, tanto materiales como espirituales, de los Hermanos a su comunidad", agregó.

Durante la Semana Santa, los Penitentes rezan leyendo oraciones de sus "cuadernos" (libros de oración escritos a mano y que pasaron de generación a generación) y cantan "alabados" (himnos religiosos, la mayoría de ellos memorizados, y otros preservados por escrito en los cuadernos y en "divisas", es decir, diarios).

Además, realizan un ayuno estricto y recorren las Estaciones de la Cruz. El Jueves Santo, los Penitentes se congregan en la parroquia de San Luis (la ciudad más antigua de Colorado) para el lavado de los pies.

Y el Viernes Santo, los Penitentes y sus familias participan del "Encuentro", una procesión que comienza en la "morada" (centro de reuniones de la hermandad) con oraciones e himnos y luego se dirige al "Monte Calvario", un lugar designado por los Penitentes para conmemorar la crucifixión de Jesús, generalmente la cruz más grande del lugar.

En años recientes, la peregrinación se dirige directamente a iglesia local.

Cada morada organiza su propio encuentro. Como particularidad, en San Antonio (pequeña localidad del sur de Colorado), se realizan dos procesiones.

El encuentro comienza en la morada, desde donde los Penitentes y sus acompañantes van hasta el Monte Calvario, donde les esperan las Verónicas (mujeres vestidas con largas túnicas de color marrón, también conocidas como Carmelitas o Paduanas). Desde allí luego marchan todos juntos hasta la iglesia.

El Viernes Santo por la tarde se celebra en cada morada el servicio de las Tinieblas. Los Hermanos recitan oraciones y realizan los rituales que aprendieron de sus antepasados.

El momento culminante de la ceremonia es cuando se van apagando las velas del candelabro y la morada queda completamente a oscuras.

En ese instante, los Hermanos golpean cadenas y otros elementos metálicos, hacen ruido con matracas, y lanzan fuertes gritos como señal de duelo por la muerte de Jesús.

Las peregrinaciones y las Tinieblas son las dos únicas actividades de los Penitentes en las que el público puede participar.

En la actualidad, esas actividades están coordinadas en el sur de Colorado y en el norte de Nuevo México por La Fraternidad de Nuestro Padre Jesús el Nazareno.

"Es muy importante recordar que las tradiciones de los Penitentes representan mucho más que nuestra herencia espiritual. Esas tradiciones representan una forma de vida dedicada a la familia y a la comunidad, expresada por medio de hechos concretos, por medio de símbolos y por medio de numerosas obras de arte que se guardan para las generaciones futuras", dijo Archuleta.

Aunque aún se debate el origen de los Penitentes, Archuleta opina que la tradición surgió en España en el siglo XIII y fue traída a la Nueva España (México) por los exploradores a partir del siglo XVI, pasando después a Nuevo México (del que Colorado formaba parte).

En su momento de mayor auge, a finales del siglo XIX y principios del XX, los Penitentes contaban con hasta 20.000 miembros en Colorado.

Pero la Segunda Guerra Mundial movilizó a muchos de esos jóvenes que no regresaron a sus ciudades natales. Esa situación, más los actuales cambios demográficos y tecnológicos, han hecho que en la actualidad solamente queden menos de 1.500 Hermanos.

Una tradición, sin embargo, se mantiene inalterada, la de cocinar en familia tortillas (mexicanas), torta de huevo (huevo frito batido), quelites (espinaca silvestre), chile rojo y frijoles para compartirlo con la comunidad antes de ir juntos al Encuentro.