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Influyente teólogo conservador propone disolver a Legionarios de Cristo

George Weigel, autor de la biografía de Juan Pablo II, Testigo de la esperanza, asegura que ese es el único camino para que la orden pueda realmente romper con el pasado e iniciar un proceso de "refundación".

En febrero de 2008, tras confirmarse que Marcial Maciel había tenido una hija, George Weigel fue el primero en proponer que Benedicto XVI designara un delegado personal para los Legionarios de Cristo. El influyente teólogo estadounidense y reconocido biógrafo de Juan Pablo II -quien incluso fue condecorado por Karol Wojtyla- publicó un artículo en la revista First Things titulado "Salvemos lo que aún se puede salvar", donde recomendaba una profunda revisión de la congregación. "Un delegado personal del Papa debe tener el poder de tomar el control de los Legionarios de Cristo y realizar una auditoría institucional", escribió entonces. Dos meses después, el Vaticano confirmó la designación de los cinco visitadores apostólicos.

Ayer Weigel volvió a abordar el tema en el blog de la versión online de la publicación norteamericana, en una nueva columna donde va incluso más allá. En el texto titulado "Próximos actos en el drama de los Legionarios", Weigel no sólo hace una revisión de la declaración de la Santa Sede del sábado pasado -en la que se anunció la designación de un delegado papal para la orden-, sino que además plantea que dada la naturaleza sin precedentes del caso, todas las opciones siguen presentes y el delegado papal, tras evaluar la situación, debería considerar disolver la orden.

Según el autor de Testigo de la esperanza, si el interventor concluye que ningún programa de reformas desde el interior es factible -lo que Weigel estima lo más probable-, "debe convocar a una Congregación General de los Legionarios de Cristo, la que, tras reflexionar sobre las conclusiones de los visitadores apostólicos, debería concluir su trabajo disolviendo la actual Legión para despejar el camino para su refundación". Luego, el Vaticano tendría que nombrar una comisión formada por actuales sacerdotes de los legionarios y religiosos de fuera de la orden, para que evalúen una a una las postulaciones a la nueva comunidad de los actuales sacerdotes y seminaristas de la congregación.

Pero esos son sólo algunos de los pasos que sugiere en su artículo el destacado teólogo conservador y ex asesor del Presidente George W. Bush en asuntos religiosos. Weigel además sostiene que lo primero que debería hacer el delegdo papal es publicar un detallado recuento de la doble vida de Maciel, especificando todos los delitos que cometió, y luego distribuirlo a cada uno de los miembros del movimiento. Además, el interventor debe informar a cada uno de los actuales miembros del movimiento que, como ingresaron a esa orden sin conocer el carácter de su fundador, "están libres de dejarla sin pecado, culpa, vergüenza ni remordimiento".

Weigel recomienda, por último, que inmediatamente después de asumir, el delegado papal reemplace a todo el liderazgo actual de la Legión, tanto a nivel internacional como regional y designe a personas de su plena confianza. "Si el objetivo sigue siendo salvar lo que aún se puede salvar en el trabajo de los Legionarios de Cristo, debe haber un claro e indiscutible quiebre público con el pasado y con la persona de Marcial Maciel", concluye el reconocido biógrafo de Juan Pablo II.