Detienen en Guanajuato a sacerdote pederasta

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Detienen en Guanajuato a sacerdote pederasta
APRO/VERÓNICA ESPINOSA/ SAN MIGUEL DE ALLENDE
NOTA PUBLICADA: 4/18/2010

Durante los últimos cinco años, el sacerdote Laurencio Pérez Mejía pasó de pueblo en pueblo y de parroquia en parroquia, dejando tras de sí la estela de impunidad que le permitió evadir una orden de aprehensión por presuntos actos de corrupción de menores.

Durante ese lapso el cura ejerció sin problema sus actividades eclesiásticas en la Diócesis de Celaya. Finalmente, el 18 de marzo último fue detenido al salir de la parroquia de la comunidad de Rincón de Tamayo, en Celaya, en cumplimiento de una orden de aprehensión que pasó por dos administraciones estatales, dos procuradores y dos jueces penales que conocieron del asunto.

Pérez Mejía gozó de la protección de la Diócesis encabezada por el Obispo Lázaro Pérez Jiménez, quien solía presentarlo como su sobrino. Fue él quien lo ayudó a evadir su captura al cambiarlo periódicamente de templo; además, desoyó los testimonios y quejas sobre los abusos cometidos por Pérez Mejía a jovencitas.

Uno de ellos, don Ángel Álvarez, relata que en 2006 el padre Laurencio le pidió a su hija de 13 años para que le ayudara en las oficinas parroquiales del templo de Nuestra Madre Santísima de la Luz en la comunidad de Moral Puerto de Nieto y terminó viviendo con ella como pareja en la casa de los Álvarez. Relata que cuando denunció el caso ante los funcionarios del Gobierno Municipal, agentes del Ministerio Público, ministeriales y sacerdotes nadie lo escuchó.

Antes de marcharse con su hija y de dejar dividida a la familia, el padre Laurencio todavía recurrió a don Ángel para pedirle referencias sobre un buen abogado “por un asunto de unas calumnias que traía detrás”, cuenta don Ángel a Proceso.

“Las calumnias” en realidad estaban consignadas en la averiguación previa 2024/2005 en la agencia del Ministerio Público de esta ciudad, levantada a partir de la denuncia del 12 de noviembre de 2005. La promoverte, una menor de edad, describió los “amistosos acercamientos” del clérigo a partir de febrero de ese año.

El pretexto, dijo, era llevar a reparar sus vehículos a un taller mecánico de su papá, ubicado en la populosa colonia San Luis Rey, de cuya parroquia, dedicada al santo que lleva este nombre, el padre Laurencio era el encargado.

Durante casi nueve meses, según el testimonio, el sacerdote comenzó a cortejarla. Al principio le daba regalos, pero luego acudía a esperarla a que saliera de la escuela para llevarla a sitios donde la tocaba y la obligaba a fumar y a tomar bebidas alcohólicas, incluso amenazaba con matar si ella no accedía a sus peticiones o si enteraba a sus padres de lo que estaba ocurriendo entre ellos.

A fines de octubre de ese año, la madre de la jovencita sorprendió al sacerdote besándola. Le advirtió que se alejara de ella. Renuente, él siguió buscando a la menor, a quien incluso le hacía llegar recados a través de algunas de sus compañeras de escuela. Cansada por el hostigamiento, la familia tomó la decisión de denunciar penalmente al cura.

La averiguación previa fue consignada en el Juzgado Primero penal de San Miguel de Allende. El Ministerio Público determinó acusar al sacerdote de corrupción de menores, un delito tipificado como grave en el artículo 237 del Código Penal de Guanajuato:

A quien procure, facilite o mantenga la corrupción a un menor de 18 años de edad, o a un incapaz mediante actos lascivos o sexuales, o lo induzca a la mendicidad, ebriedad, a realizar alguna conducta sexual, abuso de sustancias de cualquier naturaleza dañosa a la salud, a formar parte de cualquier asociación delictuosa o a cometer cualquier delito.

La ley prevé una pena de tres a ocho años de prisión y 50 a 200 días multa para este delito.

La entonces titular del juzgado, Martha Medina, determinó conceder la orden de aprehensión en contra del sacerdote el 26 de junio de 2006, según el proceso penal B-86/2006.

Eso no fue suficiente.

El protegido

Originario de la comunidad de San Francisco de La Erre en Dolores Hidalgo, ejidatario por herencia y catequista por gusto, Laurencio Pérez Mejía formó parte de una generación de jóvenes de la cual tres optaron por ingresar al Seminario Diocesano de Celaya para ordenarse como sacerdotes.

No obstante, al paso de los años sus dos compañeros y vecinos decidieron renunciar a los hábitos y optaron por formar sus propias familias.

Al egresar del seminario, comenzó a ejercer el ministerio en diversos templos fuera de su localidad, aunque también estuvo un tiempo en la parroquia de la Asunción, en la cabecera de Dolores, y también en los Apaseos, todos dentro de la diócesis de Celaya.

En 2005, Laurencio tuvo que dejar la parroquia, luego de que se descubrieron sus deslices y los habitantes de la colonia San Luis Rey le recriminaron su conducta. Pero no tuvo problemas para reanudar sus actividades eclesiales.

En su página electrónica, la Diócesis de Celaya informa que el 4 de noviembre de ese año el obispo Lázaro Pérez Jiménez (quien falleció en octubre de 2009) anunciaba cambios luego de una “ardua reunión de trabajo con el consejo de pastoral”.

Uno de esos movimientos era el de Laurencio: “El martes 15 de noviembre (de 2005) será la toma de posesión del padre Laurencio Pérez Mejía como párroco de la parroquia de Nuestra Señora de la Luz, en la comunidad de Puerto de Nieto, municipio de San Miguel de Allende, Guanajuato. La celebración eucarística será a las siete de la noche. El padre Laurencio hasta ahora estaba ejerciendo el ministerio pastoral en la capellanía de San Luis Rey…”.

Así llegó Pérez Mejía a Puerto de Nieto, a sus casi 50 años, tres días después de que se le acusara formalmente por sus abusos.

Y fue en esta localidad donde empezó la historia que don Ángel Álvarez narra a Proceso recargado en el tronco de un árbol y rodeado de los enormes órganos que sirven para marcar los espacios de la propiedad que repartirá a sus hijos.

Puerto de Nieto está ubicado a menos de 20 minutos de la ciudad. El camino para entrar hasta la parroquia está bien empedrado, pero de la placita, donde además del templo está el Centro de Salud, las calles lucen abandonadas, con su tierra, sus piedras y su lodo. Muchas de las viviendas están protegidas por los órganos, que también las dividen y las ocultan.

“Aquí el señor Obispo (Lázaro Pérez Jiménez) nos lo presentó, hasta dijo que era su sobrino cuando recién llegó acá”, asegura una de las encargadas del templo cuando la reportera le pide referencias sobre el padre Laurencio.

“No duró mucho aquí, después de que estaba con la muchacha ya no dio misa. Después se fueron”, comenta.

–¿Y qué dijo la gente de la comunidad cuando se enteró de que estaba con una muchacha?

–No, pues ya qué decíamos.

Tampoco don Ángel Álvarez pudo decir mucho entonces. “Desde que el padre se llevó a la muchacha nos divorciaron (mi esposa y yo). Estamos separados, por él”.

Es entonces cuando, sin permitir más que un par de preguntas, el hombre relata la forma en que el padre Laurencio lo buscó para pedirle a una de sus hijas para que le hiciera trabajo en la notaría, “para que le sirviera como secretaria”, dice don Ángel.

–¿Cuántos años tenía ella? –se le pregunta.

–13 ó 14.

La muchacha no había terminado la escuela primaria. “Yo le dije: padre, mi hija no está capacitada para eso… No es posible que ella pueda ayudarle, pero llévesela unas semanas, si vemos que es posible que trabaje pues se la dejo. Pero ya cuando ella se fue, ni me avisó, ni siquiera quedamos de qué hora a qué hora”.

La niña empezó a ayudar al sacerdote en la casa ubicada junto al templo, habilitada como oficina parroquial. “Los primeros días llegaba a (casa) a las seis o siete de la tarde. Después comenzó a llegar hasta las ocho o nueve de la noche, hubo veces que lo hizo hasta las 12 de la noche”, recuerda don Ángel.

Unas semanas después, continúa, las mayordomas y cuidadoras de la iglesia fueron a buscarlo para decirle que ya no dejara a su hija estar con el padre Laurencio. “Anda muy mal, qué no ve que se anda paseando con él; en la tarde, en la noche. Andan en la camioneta”, le expusieron.

Eso provocó una discusión entre don Ángel y su esposa, quien al principio se negó a creer la versión de las mujeres, pero unos días después permitió que Laurencio se mudara a vivir a la casa de la familia.

Furioso, don Ángel encaró al cura una madrugada, antes de que éste saliera a acompañar a su hija al trabajo en una procesadora de alcachofas:

“Le dije: ‘Hasta aquí se acabó. No te he hecho nada porque no quería hacer relajo, por la familia, por los hijos, por la señora. Si para la tarde llego y estás aquí, te voy a sacar, cuésteme lo que me cueste. No importa que se me vengan a golpes, es mi derecho y lo voy a hacer. Para la tarde te saco, muerto, vivo o como sea’. Él me dijo: ‘No, está bien, me voy’.”

–¿Cuánto tiempo duró viviendo en su casa?

–Como dos meses y medio. El problema con mi esposa empezó ahí; todavía ellos estaban aquí. Él le dijo cosas. Un día me vino a decir que mi hija estaba muy molesta conmigo porque yo la andaba calumniando, y porque decía que yo le era infiel a su mamá”.

El hombre cuenta que habló con su hija y le comentó que el sacerdote ya había destruido su vida. “Está destruyendo a toda la familia; no es un padre bueno, ni siquiera es una persona normal. Ese padre está muy mal”, le expuso don Ángel a su hija.

Finalmente, cuando las noticias sobre la vida del padre Laurencio llegaron a la diócesis, vino una orden para que no oficiara más misas, “pero nada más”. Todavía se quedó en la comunidad algunas semanas, hasta que se llevó a la muchacha a Dolores Hidalgo. “Supe que allá tuvieron un hijo, pero se les murió”, agrega el entrevistado.

–¿Todavía vive con él?

–De estar con él, sí. Hace poco mi señora fue a verlos con uno de mis hijos a Rincón de Tamayo”.

Lo esperan después de misa

Ahí, afuera de la parroquia de la comunidad de Rincón de Tamayo, en Celaya, fue aprehendido el padre Laurencio por agentes ministeriales que lo esperaron a la salida de la misa. Fue el 18 de marzo pasado.

Un día después el detenido se negó a declarar, incluso intentó interponer un amparo para obtener la libertad provisional pero se le negó, pues la corrupción de menores es un delito grave en Guanajuato. Finalmente el sacerdote se confesó culpable, según la información obtenida por Proceso.

El juez Carlos Alberto Llamas Morales, el segundo a quien le tocó conocer de este caso, dictó el auto de formal prisión el 22 de marzo. Ese día el sacerdote ingresó al Centro de Readaptación Social de San Miguel.

Entrevistado el miércoles 14 en su oficina del edificio del Poder Judicial, situado junto al centro penitenciario, el juez comenta que el proceso se encuentra en etapa de instrucción o desahogo de pruebas.

–¿Por qué no había sido detenido a pesar de las denuncias en su contra y continuaba ejerciendo sus actividades como sacerdote?

–No tengo ninguna información acerca de eso, ni conocimiento de qué actividades realizaba al momento en que fue girada la orden de aprehensión y cuando fue detenido el inculpado.

El juez, quien se refiere al padre Laurencio como “el indiciado o el acusado”, menciona que aún cuando el proceso comenzó en 2006, la acción penal no ha prescrito. Y aclara que al analizar los elementos de prueba presentados por la fiscalía una vez que Pérez Mejía fue detenido, encontró “que se reúnen las características… del delito de corrupción de menores”.

Llamas Morales se niega hablar por ahora sobre la conducta del sacerdote o el uso que éste dio a su investidura para cometer sus abusos. “Tendría qué hacer la apreciación correspondiente, pero en la sentencia. Es una materia de apreciación de parte de un servidor, no puedo prejuzgar”, explica.

No obstante, dejó en claro que tanto los peritajes como los estudios de tipo físico y sicológico practicados a la menor que fue víctima en este caso, confirman daños y otras secuelas a consecuencia de los actos del clérigo.

Don Ángel vive sus propias secuelas. Su familia se dispersó. Hoy vive con dos de sus hijos, pero sin pareja. Después de que su esposa solicitó y obtuvo el divorcio, el campesino acudió a ver a diversos funcionarios y en mayo de 2008 le envió una carta al Obispo Lázaro Pérez Jiménez para pedirle ayuda y reprochar la conducta de su presunto sobrino.

“El 31 de mayo hice un escrito para contarle al Obispo todo lo que estaba pasando. Ese día debió venir a las confirmaciones pero llegó, vino el secretario. Le di el escrito, y hasta le metí una copia del acta de divorcio, para que no fuera a decir que estaba yo contando algo que no es.

Se la mandé, estuve esperando la respuesta y nunca me llegó”, relata.

–¿Nadie lo vino a ver, nadie de la Diócesis habló con usted?

–Nada. Yo le pregunté al padre que se quedó si el Obispo no me mandaba alguna razón. Pero nada.

–¿Y de lo que hizo el padre Laurencio, qué le dijo?

–Pues nada. Nomás me dijo: ¡Pídele a Dios por ellos!, y tú haz tu vida”. En la carta que le envió al extinto Obispo Pérez Jiménez, Ángel Álvarez le hacía una petición:

“Si le dan permiso al padrecito para estar haciendo esas cosas con mi hija, pues entonces que me den a mí permiso para anular mi matrimonio para hacer mi vida con otra persona”.

–¿Y la vida de su hija?

–¿Qué puedo hacer ya?

Bertone, el Papa y los sacerdotes chilenos: La Iglesia se entrampa, recae y se pierde

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Bertone, el Papa y los sacerdotes chilenos: La Iglesia se entrampa, recae y se pierde

categorias: Columna - Sociedad - Internacional

2010-04-18 07:00:00

En Chile, muchos sacerdotes apoyan las palabras de Bertone, asimismo, muchos feligreses piensan que la homosexualidad está ligada a la pedofilia, pero aún nadie se atreve a hablar de temas de fondo ¿Hasta cuándo obviamos el problema real?

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Escrito por Patricia Sáez Andrade

Con una pregunta la Iglesia Católica se quebró. El traspaso de las barreras impuestas por los poderes fácticos causó un derrumbe de algo que muchos de los católicos no queríamos ver y surgen varias preguntas que cuestionan el paso de la iglesia en la postmodernidad: ¿Están obsoletos el celibato y el impedimento del matrimonio en el clero? ¿Los evidentes silencios traicionan a la Iglesia? ¿Se supone que el Papa y Tarciso Bertone representan a Dios en la tierra y tenemos que seguirlos? ¿Se están quedando solos?

Si me permiten, creo que la Iglesia Católica está viviendo uno de sus peores momentos y, por supuesto, no es algo nuevo, sino algo tristemente real para todos quienes nos consideramos miembros de esta religión. ¿Dónde está el problema en los abusos? ¿Cómo solucionar un problema que es tan grave y que ha sido ocultado por tanto tiempo? Es evidente que hay casos resueltos por la justicia, que son vueltos a nombrar a la hora de hacer recuentos, sin embargo, es de ciegos negar que hay miles de niños abusados que han debido quedarse en silencio por miedo a la represalia de los sacerdotes y de la institución que los avala.

Así me sucedió en la conferencia de prensa donde Tarciso Bertone se apuró, se desestructuró y en una especie de "vómito" como me dijo un colega conversando, mostró eso que la iglesia piensa, incluyendo al Obispo de Chillán, Carlos Pellegrín, y que -por desgracia- muchos feligreses también: La culpa de los abusos no es de los sacerdotes, sino de los gay: De los sacerdotes en su condición de gay.

Arrepiéntase el Vaticano, niegue las palabras Bertone, desdiga la iglesia lo principal y cambie el foco; pero nada de eso resultará, porque aquí los poderosos no se hacen cargo de lo fundamental: La Iglesia Católica ya no puede con sus normas y sus normados ya no entienden el porqué de la existencia de ellas.

¿Adiós al celibato, bienvenido Matrimonio?

Cuando -en su visita a La Florida- pregunté sobre esto al Cardenal Tarciso Bertone, uno de los personajes más importantes en la actualidad y segundo representante de la Iglesia Católica en el mundo, se estresó y lanzó la idea más criticada del último tiempo y no sólo en Chile, sino en todo el mundo y en el mismísimo Vaticano:

"Muchos psicólogos y muchos psiquiatras han demostrado que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado que hay relación entre homosexualidad y pedofilia. Hay que leer informes de psicólogos sobre esta realidad"

Claramente y bien a la chilena: "se fue por las ramas y metió la pata hasta el fondo". Así es. Una respuesta falaz, para una pregunta concreta. Una respuesta desde el estómago, cuando debería haber sido -por el bien de los católicos- desde la cabeza y el corazón. La soberbia los corrompe, los ciega y nos daña.

Que la iglesia no sea capaz de mirarse, ver la viga en su propio ojo y cambiar el rumbo, es algo que jamás podremos entender. Muchos feligreses apoyan las palabras de Bertone y creen que la homosexualidad se liga a la pedofilia, pero disocian -en su discriminación- que aquel padre a quien siguen puede ser un homosexual -que ahora tanto rechazan- pero a él lo quieren y le creen, porque "su padre" no podría ser pedófilo, entonces ¿Dónde está la dicotomía y la contradicción? ¿En la comunidad o en la cúspide de una iglesia que va de mal en peor?.

¿Podría una comunidad aceptar que se está mal y que la solución está en cambiar el paradigma católico? ¿Estará la solución en esencias como el celibato y el matrimonio del clero? ¿Evitaríamos engaños, torturas, abusos y sobre todo, volveríamos a confiar?

La última conferencia de prensa que dio Alejandro Goic fue sin preguntas. La invitación lo indicaba así y con letras mayúsculas. "Un anti-Pati" dijo uno de mis jefes. Un "anti-feligreses" diría yo, "anti-confianza", "anti-verdad"; una cobardía de una institución que suelta verdades cuando sacamos el corcho sin permiso y vemos a "su eminencia" como el "padre" de una comunidad que sueña con seguir creyendo y llora por los silencios y las censuras como aquel niño que debió guardar su dolor por miedo a las represalias de un sacerdote y su institución.

El Papa tenía lágrimas en sus ojos»

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«El Papa tenía lágrimas en sus ojos»

EP | MALTA

Actualizado Domingo , 18-04-10 a las 16 : 36

El Papa Benedicto XVI «tenía lágrimas en sus ojos», ha relatado Joseph Magro, una de las víctimas de abusos sexuales que este mediodía fue recibido por Benedicto XVI en Malta.

«Fue un encuentro muy emocionante. Las víctimas llorábamos, los obispos lloraban y el Papa tenía lágrimas en sus ojos», ha afirmó Magro en declaraciones a un grupo de periodistas tras reunirse con el Pontífice.

Magro ha admitido que los abusos sufridos «siguen siendo algo muy difícil» para ella, pero que ahora está «en paz con la Iglesia». «El Papa me ha dicho que rezaría por mí», ha agregado.

Otro de ellos, que prefirió identificarse únicamente con el nombre de Emanuel, se ha mostrado sorprendido ante el hecho de que el Papa quisiera recibirles. «No me esperaba que esto pasara, lo hemos apreciado mucho», ha afirmado, remarcando que el Papa sólo estuvo en Malta 26 horas, por lo que fue «fantástico» que pudiera dedicarles «media hora».

Según ha explicado Emanuel, el Papa dijo «sentir mucho» lo que les había pasado. «Yo le dije que también siento que la Iglesia esté atravesando todo este problema sobre los abusos sexuales», ha añadido. Aun con todo, ha asegurado que «seguirán luchando en los tribunales».

«Muchos malteses piensan que estamos haciendo todo esto para obtener dinero. Nosotros no queremos dinero, queremos justicia. No queremos que otras personas sufran lo que nosotros sufrimos», ha recalcado.

El encuentro con las víctimas de abusos sexuales por parte del clero en Malta tuvo lugar durante elviaje apostólico que el Pontífice está realizando a este país. Esta es la primera vez que el Pontífice se reúne con víctimas desde que se desató el escándalo sobre la pederastia que actualmente está embistiendo a la Iglesia católica.

“Los curas abusadores deben estar presos”, dijo Mons. Torrado

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Los curas abusadores deben estar presos”, dijo Mons. Torrado

Afirmó que “la pedofilia debe ser castigada civil y penalmente”. Destacó la dignidad moral del Papa.

Por Rafael Ledesma
rledesma@elliberal.com.ar

La pedofilia “es un delito gravísimo que siempre debe ser denunciado”, advirtió el obispos auxiliar de Santiago del Estero, Mons. Ariel Torrado Mosconi, quien consideró que “ya que no es suficiente una pena de índole canónica, sino que debe ser castigado con todo el peso de la ley civil y penal”.
En diálogo exclusivo con EL LIBERAL, el prelado aseveró que quienes cometan este tipo de delitos que afectan a criaturas inocentes, sean religiosos o no, “deben estar presos y debe protegerse a la sociedad de quienes perpetraran estas acciones aberrantes”.
Precisamente, ayer, el papa Benedicto XVI durante su visita a Malta, uno de los países en donde se denunciaron al menos 45 abusos a menores, se refirió a los casos de sacerdotes pederastas y señaló que la Iglesia “está herida por nuestros pecados” y recalcó la necesidad de una purificación a través del Evangelio.
Monseñor Torrado Mosconi fue categórico al referirse a los casos de abusos sexuales contra menores que sacuden a la Iglesia Católica y que conmueven al mundo, y recalcó que “se debe tener tolerancia cero” con quienes cometen este tipo de delitos.

¿El mensaje del papa Benedicto XVI, de algún modo llama al sinceramiento sobre la pedofilia, que es un problema que existe en la Iglesia?
Una vez más queda expuesto el talante espiritual y la dignidad moral del papa Benedicto XVI. Creo que el Papa nos está llamando una vez más a la penitencia y a la conversión, esto es, a revisar la propia conducta y a corregir todo aquello que no hemos hecho bien.

¿Qué debemos entender por hacer penitencia?
El saber pedir perdón y corregirse, lejos de ser una actitud de debilidad, demuestra la estatura espiritual de quien vive en la verdad y el bien, y procura ante todo ser fiel a Dios.

¿Qué opinión tiene de los ataques al Papa, en los que se lo señala como encubridor de estos hechos escandalosos?
Las críticas al Papa son totalmente infundadas y seguramente provienen de aquellos que quieren desprestigiar a la Iglesia y especialmente a su máxima autoridad el Sumo Pontífice.
Sin duda, la Iglesia y el Santo Padre muchas veces pueden resultar molestos para los intereses internacionales y nacionales que procuran destruir la verdad sobre la vida, la familia, la dignidad de la persona, etc. El Papa se ha mostrado como un fiel defensor de la verdad frente a la “dictadura del relativismo”, como él mismo definió los tiempos que nos tocan vivir.
Un modo de querer hacer callar a la Iglesia es desprestigiarla, pero la Iglesia durante toda la historia ha salido fortalecida después de las persecuciones, también este momento de dolor servirá para el florecimiento de la santidad en la Iglesia.
El Santo Padre ha tenido una valentía y coraje admirables para encarar este tema dando un ejemplo a todas las demás instituciones: a la familia, la escuela, las entidades deportivas, las distintas confesiones religiosas, las diversas ONG que trabajan con niños y jóvenes, las entidades que dependen de los gobiernos, etc.

¿Cómo se recompone la confianza de la sociedad hacia la Iglesia, cómo se sale de esta delicada situación?
Cabe destacar que el porcentaje de religiosos que han incurrido en este delito es mínimo frente a la inmensa mayoría de sacerdotes que son personas dignísimas comprometidas por el bien común, que han entregado y entregan sus vidas al servicio de los más pobres y están al lado de los sufrientes, de un talante espiritual y humano que es motivo de orgullo para la Iglesia y la humanidad.

Usted cree que si ocurre un abuso, más allá de la cuestión interna de la Iglesia, ¿se tiene que dar intervención a la Justicia?
La pedofilia es un delito gravísimo que siempre debe ser denunciado; si hubiera algún caso yo sería el primero en acompañar a las víctimas a hacer la denuncia, ya que no es suficiente sólo una pena de índole canónica, sino que debe ser castigado con todo el peso de la ley civil y penal. Estas personas deben estar presas y debe protegerse a la sociedad de quienes perpetraran estas acciones aberrantes.

El Papa debería someterse a la Corte Penal Internacional”

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El Papa debería someterse a la Corte Penal Internacional”

Por Mariela Vallejos/ LND

El destacado académico de la Universidad de Marquette no titubea en sostener que la jerarquía de la Iglesia Católica encubrió sistemáticamente casos de pedofilia y que debe responder por ello ante la justicia civil.

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Domingo 18 de abril de 2010 | | LND Reportajes

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El profesor de moral y ética teológica cree que los sacerdotes deben someterse a la justicia civil.


Los casos de pederastia al interior de la Iglesia Católica siguen en la primera plana de las noticias. También las críticas a la jerarquía. Esta semana, abogados de derechos humanos en el Reino Unido se aprestaban a acusar al Papa Benedicto XVI de “encubrir” abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes. Nadie cree que este plan prosperará. Pero ha generado polémica sobre el principio de igualdad ante la ley.

LND entrevistó a una de las figuras de la Iglesia Católica de Estados Unidos que pide que el Papa renuncie y que sea sometido a un tribunal internacional. Se trata de Daniel Maguire, profesor de moral y ética teológica en la universidad de Marquette (Milwaukee, EEUU), una institución jesuita. Ex sacerdote, Maguire obtuvo un doctorado en teología sagrada en la Universidad Gregoriana de Roma. Autor de varios libros, ha publicado artículos en The New York Times, USA Today y The Atlantic, entre otros. Esta semana, sus polémicas declaraciones dieron la vuelta al mundo a través de BBC.

-Usted afirma que la jerarquía del Vaticano no actuó para detener al sacerdote Lawrence Murphy de Milwaukee (Wisconsin), que abusó de más de 200 niños sordos entre 1950 y 1974. ¿En qué se basa su afirmación?

-La correspondencia interna muestra que el actual Pontífice, cuando estaba a cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no respondió a dos cartas enviadas por el arzobispo de Milwaukee, quien señalaba como autor de los abusos al sacerdote Lawrence Murphy. A Murphy lo trasladaron de una diócesis a otra en Milwaukee, y siguió trabajando con niños en parroquias, escuelas y centros de detención juveniles. Cuando finalmente se le encausó, escribió a

Ratzinger pidiendo que se le suspendiera el juicio para morir “en la dignidad del sacerdocio”. Uno se pregunta a qué dignidad aludía. Finalmente, fue sepultado con honores. Este caso es especialmente grave, ya que involucra directamente a las dos figuras más importantes del Vaticano: el Papa y el cardenal Bertone. El cardenal Bertone está entre aquellos cuya principal preocupación es la imagen pública de la Iglesia. La preocupación por los niños vejados es claramente secundaria. El esfuerzo por culpar a los homosexuales es parte de la acción de encubrimiento. El Papa debe renunciar. No tiene derecho moral a esconderse tras las paredes del Vaticano.

-¿Cómo le consta que el Papa actual encubrió esos abusos?

-Sabemos que el arzobispo Weakland le escribió al cardenal Ratzinger dos veces sobre este asunto. Si escribe no una, sino dos veces, no hay manera que el cardenal Ratzinger no haya podido recibir ese reporte. Por ende, fue puesto al tanto.

-¿Se imagina que una autoridad musulmana fuera la involucrada?

-Creo que los católicos gozan de inmunidad especial. Hay que desafiar esa inmunidad. Ha habido encubrimiento aquí. Y el caso Milwaukee es un clásico mundial de colusión entre el Vaticano, arzobispos y la justicia local. El Papa aceptó las renuncias de obispos, entre ellos de McGee, de Irlanda. El crimen de este obispo fue no reportar las violaciones y abusos a las autoridades. Y además, manejó mal la situación al trasladar a los ofensores a lugares donde pudieron continuar sus actividades. Estos mismos cargos se pueden aplicar al Papa por su desempeño en los casos de Munich y Milwaukee. Se ve el mismo patrón en todas partes: encubrimiento criminal de felonías cometidas contra niños. Por eso debe renunciar.

-¿Cree que el Papa renunciará?

-No. El Papa no renunciará. Y no lo hará por una razón: le preocupa más preservar la reputación del papado y del sacerdocio que las víctimas y la justicia. El Vaticano trató estos casos como un problema de relaciones públicas. No obstante esta táctica de encubrimiento ha fracasado. El papado y la jerarquía han caído en desgracia frente a una generación de católicos jóvenes. No se trata de atacar a la Iglesia, sino de dar a la Iglesia una tremenda oportunidad de reformarse para que pueda seguir sirviendo al mundo y a los jóvenes.

-¿Qué tan seria es la crisis que afecta a la Iglesia Católica?

-Los fieles ya están abandonando la Iglesia, y lo han estado haciendo por largo tiempo. Muchas parroquias en Estados Unidos han cerrado.

-¿Cree que la Iglesia se verá forzada a cambiar?

-Nada cambiará a menos que los laicos se rebelen. Yo les preguntaría a los teólogos católicos y a los expertos en Derecho Canónico ¿por qué están en silencio mientras los obispos arrastran a la Iglesia cuesta abajo?

-¿El Papa no tendría interés en reformar la Iglesia entonces?

-Incluso si el Papa renunciara, se quedaría el mismo grupo de hombres viejos y conservadores a cargo de elegir una nueva autoridad. En épocas tempranas de la Iglesia no había Papa. El concepto fue desarrollado por el emperador romano Augusto y corresponde al de una monarquía absoluta.

-¿Alguna vez se sometió la Iglesia Católica a la justicia secular?

-La Iglesia Católica siempre se definió a sí misma fuera del sistema judicial, como una sociedad superior. Estableció su propio sistema de justicia, el que obviamente fracasó.

-Usted pide que el Papa se someta a proceso, pero el Pontífice tiene inmunidad como Jefe de Estado.

-El Papa dice ser un Jefe de Estado. De ser así, debería estar sometido a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Debería responder ante un tribunal internacional por cargos que implican crímenes contra la humanidad, es decir, actos criminales sistemáticos cometidos al amparo de una autoridad

-Nos recuerda el caso del general Augusto Pinochet, detenido en Londres, bajo cargos de crímenes contra la humanidad. ¿Ve un paralelo entre ambos casos judiciales?

-Se puede hacer un paralelo. Pero (las autoridades) no lo harán. Los líderes religiosos cuentan con una cierta inmunidad, son intocables, esto por varias razones, entre ellas, la superstición. Dudo que se tome esa línea de acción, pero es importante que estos asuntos sean discutidos porque eso demuestra cuán seria ha sido la actividad criminal en la Iglesia.

-Usted ejerce en una universidad católica. Y sus declaraciones están generando gran controversia. ¿La institución acepta sus puntos de vista?

-Una de las glorias de ser profesor en una universidad moderna es la libertad académica. Admito que mucha gente en los medios, en estos días, comenta que en la universidad no les debe gustar lo que yo digo. Les respondo que cuando vine a la Universidad de Marquette, hace 39 años, me dijeron que creían ser una verdadera universidad, no un centro de adoctrinamiento. Y esto es una verdadera universidad, donde la única restricción para argumentar es la verdad. //LND

Viudas con dinero: De cómo Maciel hizo su imperio (II)

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Viudas con dinero: De cómo Maciel hizo su imperio (II)

La estructura financiera del sacerdote involucraba millonarios sobornos a jerarcas católicos, además de fraudes y donaciones sospechosas; el dinero fue la llave que le abrió las puertas del cielo vaticano.

· 2010-04-18 | Milenio Semanal

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Foto: Filippo Monteforte/ AFP

Foto: Filippo Monteforte/ AFP

Roma, en 1946, luego de la Segunda Guerra Mundial y de la caída de Mussolini, estaba en ruinas cuando allí llegó un joven y desconocido sacerdote, con mucho dinero para gastar, buscando citas con los altos oficiales del Vaticano. El vástago de una familia mexicana de la aristocracia provinciana, Marcial Maciel, tenía apenas dos años de ser sacerdote, pero cuando fue ordenado ya era líder de su propia orden religiosa.


Maciel llegó a Roma vía Madrid, donde buscó las becas de estudio que el gobierno de Franco otorgaba a los seminaristas de países latinoamericanos. El Premier español, Alberto Martín Artajo, le dijo que necesitaba el visto bueno del Vaticano para que sus jovencitos fueran recibidos en España. Amparado por los fondos otorgados por varias de las más ricas familias mexicanas y por su presidente, Miguel Alemán Valdés, consiguió una cita con Clemente Micara, un nuevo cardenal y veterano diplomático papal. El cardenal Micara, de 67 años, estaba obsesionado con reconstruir Roma. Maciel, delgado y alto, de cabello castaño claro y ojos azules, no hablaba italiano, pero Micara hablaba español. Maciel le dio a Micara 10 mil dólares, una suma enorme en una ciudad en ruinas.


La Legión de Cristo: una historia, dictado por Maciel y publicado por la Legión en 2004, no menciona el pago a Micara, pero sí dice que viajaba con “documentos confidenciales y dinero” del Nuncio mexicano para entregarle al cardenal Nicola Canali, gobernador de la Ciudad Estado vaticana. Ambos cardenales ayudaron a Maciel a conseguir una audiencia con el Papa Pío XII, quien simpatizó con la obra. Maciel volvió a Madrid con la aprobación necesaria y en agosto de 1946, él y 34 niños mexicanos viajaron a España. La pregunta es ¿por qué el Vaticano con canales propios de mensajería confiaría documentos secretos a un sacerdote sin pasaporte diplomático? La otra parte de esa historia, el dinero, sería un vistazo al futuro por venir.

Maciel habría entregado 10 mil dólares al cardenal Clemente Micara (izq.) para abrir asi las puertas del Vaticano. Foto: Dmitri Kessel/ AFP

Esos primeros seminaristas y víctimas tempranas dirían años más tarde a a Gerald Renner y a quien esto escribe en un reportaje publicado por The Hartford Courant que vieron a Maciel inyectarse un derivado de morfina llamado dolantina. En 1956, un desquiciado Maciel ingresaría al hospital romano Salvator Mundi. El cardenal Valerio Valeri, prefecto para la Congregación de las Órdenes Religiosas, estaba furioso y preocupado por reportes de cómo Maciel se inyectaba y por su fascinación por los jovencitos. Valeri suspendió a Maciel e hizo que sacerdotes carmelitas tomaran el control de la orden y las casas; comenzaron a investigar a los jovencitos que, años más tarde, admitirían que mintieron para proteger al fundador y a sí mismos: “No sabíamos qué hacer”, dijo Vaca, hoy profesor de psicología en Nueva York. “Nuestras vidas podían terminar”; temían que los investigadores los calificaran de pecadores.



Pero no se hizo pública la suspensión de Maciel, quien viajó por España y Latinoamérica recolectando fondos para un gran proyecto en Roma: la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya primera piedra fue bendecida por Micara. Cuando en 1959 murió Pío XII, Micara, entonces vicario de Roma, firmó una orden reinstalando a Maciel; algo que en el tiempo muerto entre Papas no tenía autoridad para hacer ya que la ley canónica congela las determinaciones oficiales en esos intervalos. ¿Qué podían hacer Valeri y otros ofendidos por Maciel? ¿Gastar su capital político con el nuevo Papa retando a Micara sobre un sacerdote toxicómano y aficionado a los niños, pero que podía conseguir el dinero suficiente para construir una basílica? Maciel fue entonces redimido por una orden ilegal de un cardenal a quien le había entregado 10 mil dólares 13 años antes: Micara quería infraestructura y Maciel tenía el dinero.

El cardenal Valeri suspendió a Maciel por drogadicto Foto: Dmitri Kessel/ AFP

VIUDAS CON DINERO

La estrategia financiera de Maciel se concentró en las mujeres de hombres adinerados. Flora Barragán, viuda de un industrial de Monterrey, fue crucial: luego de su muerte, su hija le confesó a José Barba que 50 millones de dólares de su madre habían ido a parar a las arcas de la Legión, tras lo cual ella fue abandonada. Barba, maestro del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), abrió el caso canónico contra Maciel en 1998; entró en la orden en 1948, a los 11 años, dejándola en 1962, y en entrevista del cuatro de marzo en la Ciudad de México dijo que “Maciel tenía la costumbre de comprar en efectivo. Tenía 27 cuando compró su primer seminario. En 1950 comenzó a construir el Instituto Cumbres con dinero que Flora le regaló. Ese verano también inauguró el Collegio Massimo en Roma.


Tenía 30 años. En 1953 quiso construir un colegio en Salamanca, España; yo estuve allí, pero el obispo estaba enfermo y no pudo poner la primera piedra, así que los trabajos comenzaron en 1954, cuando Maciel compró también para otro seminario el viejo spa de Ontenada con todo y su lago. Todo en efectivo. El padre Gregorio López, sacerdote legionario, me dijo que entregaba el dinero envuelto en papel delgado a Leopoldo Corínez, representante de los hermanos que vendieron una de las últimas propiedades de esa familia. No sé la cantidad exacta”. Luego de 1958 las construcciones de Salamanca se hicieron por la generosidad de Josefita Pérez Jiménez, hija de un ex dictador venezolano.


Pero sin duda fue en Monterrey donde Maciel cosechó de manera más que generosa. Tan pronto como en los años cincuenta, la familia Sada le regaló un Chevrolet de lujo para que lo usara en Roma; Maciel pronto abrió en Monterrey sus escuelas privadas, una para niños y otra para niñas, exportando hacia América su modelo escolar diseñado para atraer familias adineradas que luego entrarían al Regnum Christi, “el Movimiento”, donde además de colectar agresivamente recursos económicos se organizaban grupos de estudio para discutir las cartas y discursos de Maciel.


El escándalo, sin embargo, se desató en la Ciudad de México, y el catalizador de la saga legal y la cobertura mediática es el abogado José Bonilla, quien en 2006 demandó a la Legión por el abuso sexual infligido a su hijo de cinco años por un maestro de la escuela legionaria Oxford: el niño le dijo a su mamá que un maestro había mordido su pene. Luego de buscar ayuda médica, la madre, Lisett Aldrete, fue a hablar con la directora, quien los ignoró, por lo que levantaron una denuncia contra Joaquín Francisco Mondragón Rebello, hoy fugitivo de la justicia. Pero la familia Bonilla, en un hecho sin precedentes, ganó el caso civil y compensación económica contra la Legión. Sentado en una salita soleada, habla con ternura de su hijo, el más pequeño de cinco. Su blog, www.conlajusticia.com, es una radiografía de la orden. “El blog”, dice, “es como Raúl me encontró”.

Flora Barragán, una de las millonarias donadoras, con Maciel y el Papa Paulo VI. Foto: Especial

Raúl González Lara Rivas, 29, el segundo de los hijos de Maciel en México, le pidió ayuda legal a Bonilla. Sacerdotes de la Universidad Anáhuac, establecimiento insignia de la Legión en la Ciudad de México, guiaron a Raúl a un fideicomiso que supuestamente Maciel armó para la familia, pero estaba vacío, dijo Bonilla, añadiendo que “la Legión le dio a Raúl la copia de un fideicomiso que supuestamente había sido retirado por Norma (la otra hija en España)”; el abogado cree que los oficiales legionarios trataron de hacer que los medios hermanos se pelearan por la herencia. Mientras la orden juega al ajedrez financiero con Raúl, su petición de compensación por los abusos sexuales que supuestamente sufrió a manos de su padre se ha convertido en un asunto vaticano. En noviembre Bonilla y la familia se encontraron con Ricardo Watty, el visitador mexicano en la investigación sobre la Legión. “Me he visto dos veces con Watty”, dijo Bonilla. “Estaba muy preocupado porque los hijos no tuvieron apoyo. Trató de juntar a las partes para resolver esto; me pareció que tenía instrucciones del Papa o de Bertone (secretario de Estado Vaticano) para arreglar el problema”.

SODANO, EL PROTECTOR DESDE ROMA

Pieza fundamental para cimentar el legado de Maciel en Roma es la universidad Pontificia Atheneaum Regina Apostolorum, y el cardenal Sodano fue central en el crecimiento de ésta y de la Legión: Maciel y Sodano se hicieron amigos en el Chile de los años ochenta, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Allí la orden necesitaba para instalarse el permiso del cardenal primado Raúl Silva Henríquez, pero éste tenía una tensa relación con Sodano, entonces Nuncio papal en Chile; Silva se atormentaba por las desapariciones y la tortura características del régimen y Sodano defendía a Pinochet por todos los medios. Además, un grupo importante de obispos chilenos le imploraba a Silva que no admitiera a la Legión, precedida por el mote de Los millonarios de Cristo por su agresividad para colectar dinero. “En una sociedad tan polarizada como Chile”, escriben Andrea Insunza y Javier Ortega en su libro sobre la orden en Chile, “los legionarios encontraron un aliado: el Nuncio apostólico Angelo Sodano”. Al final, Silva capituló ante la presión de Sodano.

José Bonilla ganó su demanda contra la Legión por el abuso sobre su hijo. Foto: René Soto

Años después, en 1989, Sodano, antes de ser nombrado secretario de Estado en el Vaticano, enseñaba inglés en un centro de la Legión en Dublín y tomaba vacaciones en una villa del sur de Italia cortesía de la orden. Siempre huésped de honor en cenas y banquetes de los Legionarios, Sodano se volvió el más fuerte apoyo de Maciel. Glenn Favreau, un abogado de Washington y ex legionario estacionado en Roma, dijo que “Sodano intervenía con oficiales italianos para obtener permisos de rezonificación para construir la universidad” en un plano boscoso del oeste de Roma. Maciel contrataría al sobrino de Sodano como ingeniero consultor de la construcción, pero los legionarios supervisores del proyecto se quejaron con Maciel que el trabajo de Andrea Sodano era lento y malo, y no querían pagarle sus recibos. Hasta que Maciel les gritó: “¡Páguenle, páguenle! ¡Ustedes páguenle!”. Y pagaron. Como uno de los sacerdotes informantes le dijo a este reportero: “¿Sabes que nepotismo viene de la palabra nipote, que es sobrino en italiano?”.

Pero el nepotismo de Sodano viene desde mucho antes. Andrea Sodano es visto como un co-conspirador no indiciado en un fraude de bienes raíces en Estados Unidos, según el agente del FBI que construyó el caso. En 2008 un empresario italiano llamado Rafaello Follieri fue indiciado en Nueva York bajo los cargos de fraude y lavado de dinero en un negocio que llevaba propiedades y parroquias de la Iglesia abandonadas o en ruinas para su venta comercial. Andrea Sodano era el vicepresidente del grupo empresarial de Follieri, y el tío cardenal asistió a la apertura en 2004 de la oficina del grupo en Nueva York, como se recoge en reportes de prensa. National Catholic Reporter informó en marzo tres del 2006 que los folletos de la empresa presumían su “profundo compromiso con la Iglesia Católica y su añeja relación con veteranos miembros de la alta jerarquía vaticana”. Con ese respaldo la firma aseguró el financiamiento del billonario Ron Burkle y sus desarrollos Yucaipa, tras lo cual Follieri comenzó a gastar de inmediato inmensas sumas de dinero en su romance con la actriz Anne Hathaway. Al tiempo que la sociedad Follieri-Yucaipa buscaba propiedades para desarrollar, la oficina de Andrea Sodano en Asti, Italia, mandaba recibos que Raffaello pagaba por giro bancario.

En documentos obtenidos por el FBI se destaca que Sodano cobró 75 mil dólares el 22 de agosto del 2005 por “servicios de ingeniería; el 12 de septiembre 15 mil por trabajo en Atlantic City y luego 80 mil en Orland Park, en la arquidiócesis de Chicago; el 21 de octubre 70 mil en Canyon City (sin precisar en estado); otros 50 mil de nuevo por Orland Park y 75 mil por más “servicios de ingeniería” sin especificar, dando un gran total para ese día de 225 mil dólares. Ninguno de los archivos de una sola cuartilla tiene alguna referencia al trabajo realizado.

José Barba, uno de los ex seminaristas denunciantes de Maciel. Foto: René Soto

En las llamadas semanales con Burkle, Follieri escalaba las demandas de fondos para Sodano, insistiendo en que el Vaticano necesitaba los peritajes para dar la aprobación de la venta de sus propiedades. La sociedad Follieri-Yucaipa le pagó a Andrea Sodano más de 800 mil dólares, hasta que en marzo ocho el cardenal Sodano le envió una queja escrita a Follieri: “Siento es mi deber decirte lo molesto que estoy al escuchar que tu compañía sigue presentándose como una con vínculos con el Vaticano por el hecho de que mi sobrino, Andrea, ha consentido en ocasiones a brindarte sus servicios profesionales de consultoría. No entiendo cómo este molesto malentendido pudo ocurrir, pero es ‘necesario’ que ya no se presente en el futuro. Apelo a tu sensibilidad para que seas cuidadoso respecto a este tema. Le informaré de igual manera a mi sobrino Andrea como a todos los que me han preguntado sobre tu empresa. Te mando mis saludos”.

Cuatro meses después de la carta del cardenal, Raffaello y Andrea volaron a Brasil donde Follieri le entregó un cheque por 25 mil dólares al arzobispo de Salvador Bahía, y otros 85 mil al de Río de Janeiro. “Los beneficiarios de estas transacciones no sabían que Follieri robaba dinero para dárselos”, dice un memorando condenatorio sobre Follieri. En la primavera de 2007, Ron Burkle quiso ver de cerca los reportes de ingeniería de Andrea Sodano. Follieri hizo que un asistente se quedara toda la noche redactándolos y posfechándolos. “Los reportes estaban en italiano”, explica el agente del FBI Theodore Cacioppi. “Eran de entre dos a cinco páginas. Ninguno contenía planos, dibujos técnicos, diagramas, esquemas o nada relacionado a un peritaje de ingeniería”. Los reportes de Sodano eran “casi inútiles, no reflejaban trabajo de ingeniería alguno y con seguridad no valían 800 mil dólares”. El asunto es que mientras Andrea ordeñaba ese negocio, el cardenal Sodano —habiendo prestado su oficina para saludos y parabienes con inversionistas potenciales en la inauguración del grupo de Follieri— comenzó a retractarse: Raffaello Follieri había comenzado a presumirle a nuevos inversionistas que él era el jefe de finanzas del Vaticano.

El ex secretario de Estado Vaticano, cardenal Angelo Sodano, reconocido protector de Maciel e involucrado en sospechosos manejos financieros. Foto: Valentina Petrova/ AFP

Yucaipo demandó a Follieri por 1.3 millones de dólares. Follieri se apresuró a querer pagar pero fue indiciado. El 23 de octubre del 2008, se declaró culpable en 14 juicios de fraude, lavado de dinero y conspiración, y fue condenado a 54 meses en una prisión federal. “Creemos que Studio Sodano (el nombre corporativo de la compañía de Andrea) cobró dinero conseguido por fraude”, confirma el agente del FBI Ted Cacioppi.

Andrea Sodano estaba en la seguridad de su patria italiana cuando Follieri fue arrestado en Nueva York. El documento del gobierno que acusa al segundo de recibir los pagos también dice que el Vaticano recibió “donativos” del fraude, lo que levanta dudas sobre el buen juicio del cardenal Sodano. ¿Que lo impulsó a confiar en un estafador como Follieri? El memorando de condena elaborado por el Procurador General explica: “Follieri creaba la falsa impresión de que tenía ligas con el Vaticano, lo que le permitía conseguir propiedades de la Iglesia a precios de ganga a través de su relación con Andrea Sodano, el sobrino del entonces Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano (...) y haciendo donativos no autorizados al Vaticano con dinero de sus inversionistas. Follieri utilizó fondos de los inversionistas para pagarle al sobrino por servicios de ‘ingeniería’ que el sobrino nunca llevó a cabo para que el sobrino pudiera viajar con Follieri al visitar a oficiales vaticanos y así ayudarle a Follieri a obtener accesos en el Vaticano. Fue a través de estos conectes como Follieri pudo estar en las misas Papales y, entre muchos otros, obtener su foto con el papa (...) enseñarles los jardines privados del Vaticano a sus amigos y asociados y arreglar visitas privadas de museos vaticanos”.

El memorando continúa: “Follieri también falsamente manifestó que necesitaba arriba de 800 mil dólares para pagar los reportes de ingeniería preparados por el sobrino. Follieri argumentaba que el Vaticano necesitaba ver esos reportes antes de decidir si venderle o no las propiedades”.

Mientras Follieri encontró un amigo en Andrea Sodano, Maciel encontró otro en el tío de Andrea, el cardenal. Maciel tuvo otros problemas cuando construyó la universidad Regina Apostolorum. Quería el reconocimiento vaticano del más alto nivel, como academia pontificia completa, para que la recién llegada compitiera con las mucho más viejas e históricas Luterana y Gregoriana. Para asegurarse esa certificación, fuentes que pidieron el anonimato dijeron que la Legión en 1999 ofreció un Mercedes Benz al fallecido cardenal Pío Laghi, entonces prefecto de la Congregación para la Educación (y antiguo embajador vaticano ante Estados Unidos). Anonadado, Laghi rechazó la oferta, diciendo: “¡Esto es demasiado!”, según un sacerdote que presenció el intercambio. El sucesor de Laghi, el cardenal polaco Zenón Crocholewski, también les rehusó la certificación por lo cual el cardenal Sodano consiguió un estatus debajo del cotizado por Maciel y la Legión.

Maciel murió en un momento cuando su vida iba en caída libre. A fines del 2008 estaba en un hospital de Miami, de acuerdo a un reportaje del 31 de enero de 2010 de los reporteros Sota y Vidal del diario español El Mundo. Aunque el artículo es pródigo en adjetivos sobre el carácter de Maciel, detalla la crisis que le creó a sus sucesores: en el hospital se reunieron Álvaro Corcuera, Evaristo Sada y otros líderes legionarios. Se reporta que Maciel rehusó la confesión, y sus hombres se estremecieron cuando llegaron dos mujeres: Norma y Normita, la mujer y la hija, ésta de 23 años. Fue entonces cuando Maciel exclamó: “quiero quedarme con ellas”.

El empresario italiano Rafaello Follieri, asociado con Andrea Sodano, sobrino del cardenal, fue indiciado en 2008 por fraude y lavado de dinero . Foto: Jeremy Kost/ AP

El artículo continúa diciendo que los sacerdotes legionarios, alarmados por la actitud de Maciel, llamaron a Roma donde Luis Garza, vicario de la orden, supo que estaba ante un grave problema. Consultó con Corcuera y tomó el primer vuelo a Miami. Le dijo al fundador: “le doy dos horas para venir con nosotros o llamo a la prensa y el mundo entero se enterará de quién es usted”. Y Maciel capituló.

Los legionarios llevaron a Maciel a una casa en Jacksonville, Florida, donde peleó contra los Santos Óleos que intentaba administrarle Corcuera. El artículo dice que Maciel rehusó la confesión final, y afirma que “ya no creía en el perdón de Dios”. Una opinión congruente con la sórdida vida de Maciel pero de la cual no hay prueba alguna aunque, al anunciar el ascenso del fundador al cielo inmediatamente después de su muerte, el alto mando de la Legión llevó la propaganda religiosa a un nivel sin precedentes.

Luis Garza, en un correo electrónico de marzo 15 del 2010 en respuesta a la petición de comentarios para esta entrevista contestó: “entiendo que tendrá muchas preguntas. Pero, como dije en un correo anterior, en este punto con la situación como está no hay mucho que yo pueda añadir. Mis disculpas. Continuaré rezando por todos aquellos que sufrieron por las acciones de Maciel. Y espero que usted y sus lectores nos mantengan en sus oraciones. Rezo por usted y su misión como periodista”.


Jason Berry es el autor de No nos dejes caer en Tentación/ Lead Us Not into Temptation y coautor, con Gerald Renner, de Votos de Silencio/ Vows of Silence, documental que explora la saga del Vaticano y el padre Maciel. Una beca del fondo de The Nation Institute apoyó la investigación de este artículo.

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